sábado, 9 de diciembre de 2023

Entrevista a la Dra. Carmen Navarro Sánchez por residentes de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Región de Murcia


¿Quién es la Dra. Carmen Navarro?

Dra. Carmen Navarro

Nacida en Murcia en 1951. Licenciada en Medicina por la Universidad de Murcia en 1975, y Doctora en Salud Pública en 2000 por la Universidad de Murcia. Profesora Asociada de dicha Universidad desde 2001, y actualmente, Profesora Colaboradora Honoraria de la misma. Es Investigadora del IMIB de la Región de Murcia. 

Ha sido Jefa del Servicio de Epidemiología de la Consejería de Salud de la Región de Murcia desde 1989 a 2017. Cuenta con más de 400 publicaciones científicas, y aquí pueden consultarse algunas en PubMed.

Ha recibido el V Premio Piedad de la Cierva de Lyceum de Ciencia de la Región de Murcia, asociación que preside la Dra. María Trinidad Herrero, catedrática de la Universidad de Murcia. Este premio reconoce a científicas brillantes jubiladas de la Región de Murcia. Lyceum destaca en su reconocimiento que la Dra. Carmen Navarro es la científica de la Región de Murcia más citada por sus investigaciones.

Ha sido Vicepresidenta de la Sociedad Murciana de Medicina Preventiva y Salud Pública (SMMPySP) desde su fundación en 2007, y Presidenta en funciones de la misma durante 2021 y 2022, año en que se organizó el II Congreso de la SMMPySP.

Por todos estos motivos, varios Residentes de Medicina Preventiva y Salud Pública socios de la SMMPySP hemos querido entrevistarla el día 10 de noviembre de 2023. Somos los residentes Inma, Jesús Eduardo, Jesús, Pablo y Victoria, y le hemos preguntado todo lo que hemos querido a la Dra. Carmen Navarro. Esperamos que os guste. 


Como Epidemióloga experimentada al servicio de los ciudadanos, ¿Cómo explicarías a un niño a qué nos dedicamos en la Medicina Preventiva y la Salud Pública?


Pues le diría que nos dedicamos a mejorar la vida de los demás. Tengo una imagen en una diapositiva que muestra un niño, que su padre era médico de Salud Pública, y explicaba: “mi papá es médico, pero es médico de mucha gente que no sabe que él es su médico, y él enseña que hay que vacunarse, que hay que comer bien…”.

A toda la población yo creo que hay que explicarle que nos dedicamos a mejorar la salud de todos, a procurar que la gente viva más y mejor, en mejores condiciones. Y que nosotros hacemos prevención, pero también actuamos para que haya políticas que vayan en ese sentido, es decir, que también queremos influir en las políticas. Y yo creo que hay que enseñar a la gente también que tener carriles bici es una manera de hacer prevención, que eso sirve para hacer actividad física, para que baje la contaminación…, y que, por lo tanto, hay que pedir que los poderes públicos se ocupen de mejorar el transporte público, que sea gratuito, sostenible…

 

Carmen, vamos a repasar tu vida profesional, para conocerte mejor y aprender con tus experiencias. ¿Cuándo supiste que tenías vocación por la Medicina?

Durante todo el bachiller yo quería estudiar Biología. Pero me parece que fue justo durante el PREU que existía una especie de moda, y el caso es que yo leí muchísimos libros de psicoanálisis. Me leí algo así como 8 o 10 libros que todavía tengo por mi casa, todos subrayados, de Freud, de Jung y de Adler, porque yo estaba entusiasmada entonces con el psicoanálisis. Y de la Biología, cambié directamente al psicoanálisis, con lo cual, en realidad, yo no pensaba en hacer Medicina clínica como tal.

En realidad, yo lo que quería era ser psicoanalista y por lo tanto para ser psicoanalista pues primero tenía que estudiar Medicina, luego tenía que hacer Psiquiatría y luego ya me haría psicoanalista. Pero, a lo largo de la carrera, fui cambiando de opinión.

 

¿Tuviste alguna persona que te inspirara la vocación de la medicina? ¿Algún modelo que te impresionara y que quisieras imitar?

Bueno, ya he dicho antes que primero estaba muy entusiasmada con el psicoanálisis y luego sí que tuve algún maestro que me inspiró para lo que fue mi vida posterior, que fue por ejemplo el profesor Dr. Pedro Marset. Nos impartía Introducción y luego Historia de la Medicina, y que no solamente nos inspiró desde el punto de vista de la conciencia social sino también del método científico.

 

¿Te gustaba estudiar?

Bueno, yo he sido una persona toda la vida muy estudiosa e hiperresponsable y, por lo tanto, estudiaba, sí, y me gustaba estudiar.

 

¿Qué materia te gustaba más estudiando la carrera de Medicina?

Me gustó mucho la Historia de la Medicina y luego la Higiene, me gustó regular, porque no era tampoco como ahora. Y me gustaron las asignaturas Médicas, la Patología Médica y la Pediatría.

 

¿Cuál es el punto de inflexión en el que te interesas más por la Epidemiología y la Medicina Preventiva?

Pues es que va ligado un poco, ya he dicho antes, a mi conciencia social. Y yo también, a partir del segundo de Medicina, era militante del Partido Comunista y éramos unas personas muy preocupadas por la gente, por el futuro y el bienestar de la población. Entonces me gustaba la Medicina Preventiva y digamos que a la Epidemiología llegué un poco más tarde. Cuando acabé la carrera tenía claro que yo lo que quería hacer era Medicina Preventiva. Ahora no hay ningún problema para estudiar Medicina Preventiva y además la formación es mucho mejor que la que podía ser entonces. Pero es que, además, entonces no había apenas formación. Yo, cuando acabé la carrera de Medicina, todavía no existía el MIR. Entonces yo quise estudiar, hacer el MIR de Preventiva y, cuando fui a hacerlo, no había plazas de Preventiva en ese momento. Entonces tuve que empezar otra cosa, un poco más complicada.

 

¿Qué fue lo que empezaste?

Finalicé la carrera en 1975 e hice el MIR, que entonces eran cuatro años como ahora, pero el primer año era un rotatorio como hacen los de Atención Primaria. Y entonces hice en el Hospital Clínico Universitario Virgen de la Arrixaca el rotatorio. Y luego, a la hora de elegir, pues dije, voy a hacer algo que se le pueda parecer algo a lo que yo puedo necesitar luego, pues la Medicina Preventiva estaba muy enfocada también a las infecciosas, entonces hice Análisis Clínico y Microbiología. He hice 2 años más, porque mientras que esto transcurría, volvieron a salir plazas de Medicina Preventiva en la Arrixaca y me dieron una plaza.

Mientras tanto, en 1977, salió una oposición a nivel estatal que se llamaba Epidemiólogos al Servicio de la Sanidad Nacional o algo así, y entonces me presenté a la oposición y la aprobé. Y ya como había aprobado la oposición, aunque tardamos tiempo en tomar posesión, no inicié el segundo MIR, y me vine aquí a lo que era entonces la Jefatura Provincial de Sanidad.

Y, entonces, ¿dónde me formé como Epidemióloga? Primero, ya había hecho muchos cursos, porque antes de irme al extranjero ya había realizado un curso con Kleinbaum y Cooper sobre análisis multivariante. No obstante, con formación reglada aquí en España no era posible estudiar Epidemiología. Quien quería hacer Epidemiología o se iba a Estados Unidos o se iba a Londres, y yo me fui a Londres, a la London School of Hygiene and Tropical Medicine (LSHTM).

 

Cuéntanos sobre esa oposición y cómo estaban organizadas las cosas en la Jefatura Provincial de Sanidad.

En Epidemiología no había servicios, era antes de las transferencias, antes de que existiera el Ministerio de Sanidad, porque estamos hablando de 1977. Entonces se habían convocado unas oposiciones a nivel estatal para cubrir plazas de Epidemiólogo que había en toda España, y salieron plazas en muchas provincias, y había dos plazas en Murcia. Esas dos plazas las estaban ocupando dos interinos: uno de ellos era Elvira Ramos. Yo me presenté a la oposición y Elvira me ayudó a prepararlas. Yo estudiaba y estaba trabajando en la Arrixaca, y entonces yo aprobé la oposición con buena puntuación y desplacé al otro interino que había, y nos quedamos Elvira y yo. 

Pero ¿qué se hacía aquí? Pues en la Jefatura Provincial de Sanidad se hacían las declaraciones obligatorias de enfermedades, pero también se llevaba el tema de las vacunas. Se trataba de un negociado. De hecho, las únicas que trabajábamos sólo aquí, porque el sueldo era tan malo que no daba para nada, éramos Elvira y yo, porque los otros médicos que había también tenían una plaza en la Seguridad Social. O sea, que éramos muy vocacionales, como podéis suponer: esto era amor a la Salud Pública.

 

¿Cómo pudiste ir a Londres? Sabemos que conseguiste una Beca del British Council para ir a formarse a Londres. Cuéntanos cómo fue esa experiencia.

Yo tuve la suerte de que, cuando me tenía que ir, el Consejero de Sanidad en la Región de Murcia era José María Morales Meseguer, que os suena por el nombre del hospital. Y entonces me dieron un permiso que conservo todavía, yo, firmado por Morales Meseguer, para que me pudiera ir un año hacer el máster. Era un permiso en parte remunerado, pero los sueldos de entonces eran muy bajos.

La beca del British Council la conseguí a la tercera. Era una especie de concurso, tenías que presentar tu currículum y luego hacías el examen de inglés, e ibas a una entrevista. Yo hice todo y llegué a la entrevista, pero el primer año mi competidor se llevó la plaza y yo ya lo sabía que iba a pasar porque lo conocía. Al segundo año fui a la entrevista, hice todo el examen, y yo estaba embarazada de 6 meses aproximadamente. Y a pesar de que había preparado muy bien qué iba a contestar, me dijeron “mira, no te puedes ir con un bebé tan pequeño porque no.” Entonces me dicen: “no te preocupes, tú aplicas el año que viene, que te la vamos a dar, porque te la mereces, pero este año no te la podemos dar con ese embarazo así tan avanzado.” 

Y efectivamente, a la tercera fue la vencida. Eso sí que fue importante porque yo no podía pagar la matrícula entonces. Nosotros no estábamos en la Comunidad Económica Europea y la matrícula era la que pagaban los de fuera de ésta. Estamos hablando del año 1983, y era un millón de pesetas, que era mucho dinero. Gracias a la beca del British Council pude ir a hacer el Máster de Epidemiología a Londres, a la London School of Hygiene and Tropical Medicine (LSHTM).

 

¿Cómo fue la experiencia de tener de profesor en Londres al profesor Geoffrey Rose?


Geoffrey Rose es una persona que yo creo que no me ha marcado solo a mí, sino que ha marcado a mucha gente que ha estudiado con él, porque nos ha hecho comprender bien cuál es el papel de la Epidemiología en la Salud Pública. Una de mis compañeras estuvo después en Harvard, y hubo gente que estuvo luego en la UCLA, estudiando Epidemiología en aquella época por allí. Pero digamos que la visión de la Epidemiología era, sobre todo, la técnica y el método. Y nosotros en Londres aprendimos el método, y aprendimos también Salud Pública, y yo creo que eso es una enseñanza. Aparte de lo que todo el mundo conoce de Rose de la Epidemiología poblacional y que pequeñas modificaciones en el riesgo de mucha gente, pues tiene un beneficio para el conjunto de la población. A nosotros, eso nos lo ha hecho vivir Rose. Lo que luego hemos visto en el artículo famoso de Rose que circula - Sick Individuals and Sick Populations (1985) -, a nosotros antes de publicar el artículo nos lo ha explicado. Para mí fue un privilegio tener a Rose de profesor.

 

¿Sobre qué materia realizaste la tesis doctoral?

Pues la tesis doctoral la hice sobre análisis de áreas geográficas pequeñas. Hice el análisis del de la incidencia del cáncer por municipios aquí en la Región de Murcia. ¿Cuál fue el interés? El interés venía de un problema que teníamos entonces y que luego se ha resuelto, que era precisamente el análisis de áreas geográficas pequeñas, y lo que en ese momento estaba desarrollándose era la aplicación de los métodos bayesiano, el alisado bayesiano para poder representar sin la variabilidad aleatoria que se produce en las en las áreas geográficas pequeñas. Entonces yo hice la tesis sobre sobre esto, que además fijaos estábamos utilizando el programa WinBUGS. Empecé con una versión beta, de manera que antes, cuando tenía la tesis terminada, antes de presentarla, tuve que volver a hacer otra vez todos los análisis de nuevo porque había salido otra versión, mejorando algunos de los problemas que tenía la versión beta del programa WinBUGS. Yo creo que fue la primera vez que se aplicó en España el programa WinBUGS para para el alisado bayesiano.

 

¿Cómo fue el inicio del Registro de Cáncer de Murcia?

Pues esto fue antes de irme a hacer el máster a Londres. Estaba aquí haciendo vigilancia de las de las enfermedades transmisibles, de las enfermedades de declaración obligatoria... y yo quería hacer algo de enfermedades crónicas. Hice un curso sobre registro de cáncer en Barcelona con algunas de las personas con las que luego yo he colaborado posteriormente. Volví y me puse manos a la obra. Estuve visitando los dos registros que había en España, que eran el de Navarra y el de Zaragoza. Solo existían esos dos. Aquí volví, y, junto con una enfermera - Jacinta Tortosa - y la administrativa – Gertrudis -, pues éramos 3 personas. 

Cuando yo me fui a Londres, el Registro de Cáncer tenía 2 años y mi tesis de fin de máster en Londres la hice sobre la incidencia de cáncer del primer año del registro. Y primero hice un trabajo sobre evaluación de la calidad de los registros de cáncer. Yo estaba con la idea de que a lo mejor el registro no tenía condiciones para seguir y cuando hice la evaluación de la calidad con los indicadores que en aquel momento podíamos manejar mi tutor me dijo que todo estaba bien hecho.

 

¿Cómo comenzó y qué resultados principales ha aportado el Estudio EPIC?

El investigador principal del Estudio EPIC es Elio Riboli, que estaba en la International Agency for Research on Cancer (IARC). Él tuvo la idea de poner en marcha el proyecto EPIC, European Prospective Investigation into Cancer and Nutrition (Estudio prospectivo Europeo sobre dieta, cáncer y salud), con aspectos buenos y novedosos en aquel momento. La idea era tener una cohorte para estudiar la incidencia de cáncer y los factores de riesgo, fundamentalmente la dieta, y con una cohorte en la que hubiera mucha variabilidad en la exposición. Y por eso hay países del norte, del sur y del centro Europa: para que hubiera mucha variabilidad en la exposición y que tuviera un tamaño suficiente como para tener resultados a un plazo no demasiado largo. Además, que el estudio recogiera muestras biológicas que se pudieran conservar durante mucho tiempo. Nos propusieron a personas de los registros de cáncer aquí en España si queríamos colaborar, y yo ya había tenido experiencia con otros proyectos. Entonces no se llamaba EPIC, no tenía todavía el acrónimo ni nada. La primera reunión que se hizo en España para ver si poníamos en marcha el proyecto se hizo aquí, en Murcia. 

Si no hubiera habido Registro de Cáncer en la Región de Murcia, no se hubiera hecho el EPIC aquí. El Registro de Cáncer ha sido el origen de muchos proyectos de investigación que hemos hecho aquí. El primero de ellos fue el estudio de casos y controles del cáncer de cérvix.

 

¿Cuál es el mayor reto al que te has podido enfrentar como Jefa del Servicio de Epidemiología de la Consejería de Salud de la Región de Murcia?

Yo creo que algo que no he tenido y que me hubiera gustado tener ha sido haber tenido antes un jefe o una jefa. Para aprender tanto de los aciertos como de los errores.

En el ejercicio profesional, sobre situaciones de crisis de salud pública importantes, pues no he vivido la COVID, pero sí que he vivido otras situaciones, y la más complicada de todas fue la epidemia de legionelosis que tuvimos en el 2001. Esa fue una situación muy estresante. 

Se desató el problema un sábado por la noche y se tomaron medidas el mismo sábado por la noche y el domingo por la mañana, pero, lo que es bajar la curva de casos no lo vimos hasta el tercer o cuarto día. Cada día más casos y el origen no sabíamos cuál era. Se habían tomado medidas, digamos generales, de hipercloración, cerrar las fuentes, las torres de refrigeración... Aquí entramos el domingo a las 8:00 de la mañana y yo, prácticamente, salí al domingo siguiente. No hacía otra cosa. 

Coincidió con que una semana justo después, se celebraban en Murcia los Juegos de la Juventud Olímpica Europea y entonces iban a venir a Murcia un montón de jóvenes de toda Europa a participar. Y claro, el Comité Olímpico Europeo dijo, si la cosa está así, esto se suspende. Entonces enviaron una comisión integrada por epidemiólogos y microbiólogos europeos para supervisar y ver qué es lo que estábamos haciendo y qué estaba pasando. Ellos se fueron el domingo siguiente por la mañana después de presentar el informe favorable para que se pudieran hacer los Juegos.

Fue todo un reto, pero fue una experiencia. Como habréis visto lo que habéis estado ahora con la pandemia por el coronavirus, cuando hay una situación como ésa, el equipo, todo el mundo deja lo que está haciendo para trabajar en el brote. Fue una situación muy grave, tuvimos 440 o 450 casos confirmados, y, estimados, como 600 y pico. Y en una semana. El consejero hubo días que dio dos ruedas de prensa, una por la mañana y otra por la tarde. Fue una situación que, afortunadamente, ha pasado a la historia como el brote de legionelosis con más casos y con menos letalidad.

 

¿Cuál es el artículo que has publicado al que le tienes más cariño?

Yo creo que hay dos que podrían ser más importantes. Uno de ellos es el artículo que publicamos con los primeros resultados del Registro de Cáncer de la Región de Murcia que publicamos en 1986 en el International Journal of Cancer.

Y otro artículo fue uno que nos costó publicarlo un montón, y que tiene una aventura detrás. Es el artículo de casos y controles que hicimos sobre las epidemias de asma en Cartagena, titulado Epidemic asthma in Cartagena, Spain, and its association with soybean sensitivity. Publicamos una carta en el Lancet sobre algunos aspectos menores del artículo. Y lo mandamos para ser publicado como artículo al New England Journal of Medicine, y entonces el New England nos dijo “no lo podemos publicar porque resulta que ya habéis publicado una parte de los resultados en el artículo del Lancet”. Y es que habíamos publicado algo de los casos y esto era el estudio de casos y controles, donde se mostraba la asociación fortísima, y en el Lancet no se publica nada de lo que se hubiera publicado algo antes.

Y entonces mandamos el artículo al International Journal of Epidemiology y nos lo devuelven diciendo que no lo van a publicar, que está muy bien escrito, que metodológicamente todo perfecto, pero que ya hay “muchas evidencias”, “mucho escrito” sobre la asociación entre el polvo de soja y las crisis de asma. Pero sólo había un estudio previo, que era uno de Barcelona, solo había ése. Y esto sí que nos fastidió.

Al final, enviamos el artículo a Epidemiology, que era la revista de James E. Rothman. Y se nos contesta al poco con una carta firmada a mano por Rothman, en la que nos dice que era muy largo y que hiciéramos algunas modificaciones. Yo ya estaba aburrida, y ahí se quedó. Y al poco tiempo vuelve a escribir Rothman diciendo que tienen mucho interés en publicarlo y que hiciéramos esas modificaciones. Hubo que reducirlo a un artículo breve, creo que era si tenía 3000 palabras, hubo que dejarlo en 1500. Y al año siguiente, en 1994, resulta que le dan el premio de epidemiología al artículo, el Kenneth Rothman Epidemiology Prize. O sea, premiaron al artículo que había sido rechazado porque ya había “mucho escrito” según el International Journal of Epidemiology por un solo artículo previo. Ese artículo me hace ilusión, porque costó y tiene su historia detrás.

 

¿Qué te habría gustado haber realizado de otra manera en su vida profesional?

Creo que me hubiera gustado cuidar más al equipo. Creo que, si empezara ahora, me preocuparía más por las personas.

 

¿Has encontrado siempre apoyo de los gestores y políticos en su trabajo?

Pues no. Creo que la única vez que he sentido que lo que necesitaba lo tenía fue cuando lo que os he contado del brote de la legionela. En ese momento, yo sentía que todo lo que pedía ahí estaba. Ha sido mi única experiencia así en toda mi vida profesional. Las peticiones de más personal y medios han llenado miles de folios y ésas no se han atendido como pedíamos.

 

¿Cuáles crees que son los principales retos en Salud Pública a fecha de hoy a nivel mundial, español y en la Región de Murcia?

Uno de los problemas que tenemos ahora mismo son las guerras, lo más inmediato. Y luego, los países que no tienen los recursos suficientes para que la gente tenga una vida digna y pueda vivir con unas mínimas condiciones. También está el cambio climático.

¿En qué nos tenemos que gastar el dinero? En Salud Pública yo creo que una parte importante del dinero lo tenemos que gastar en educación, es lo fundamental, la Educación para la salud. La gente, cuando tiene una educación en sentido amplio, tiene más capacidad para entender los mensajes, para actuar, para comprometerse, etcétera.

 

Desde el punto de vista profesional, ¿cómo valorarías la gestión a nivel regional y, sobre todo, a nivel nacional de la pandemia?

Yo, globalmente, creo que no se ha hecho mal. Digo globalmente, es decir, que sí, que es verdad que puede haber algún momento en que ha faltado liderazgo. También a veces ha faltado coordinación. Pero globalmente yo le daba más que un aprobado.

 

¿Crees que existirán nuevas pandemias y cómo crees que habría que manejarlas?

Una no es adivina, pero, lo más probable es que sí. Pues por lo que por lo que ya sabemos, que cada vez hay más relación entre el hábitat de los animales y es más probable que haya saltos de microorganismos, lo hemos visto con muchas de las de las enfermedades. Lo hemos visto y la última del coronavirus. Y que hay que prepararse, claro. Imagino que seguirán con las planes de preparación de las pandemias. Entonces, evidentemente, primero hay aprender, porque sí que hay mucho escrito sobre lecciones aprendidas de las anteriores pandemias, y desde luego, de esta última, que ha sido “la pandemia”. 

Hemos aprendido mucho desde todos los puntos de vista, sobre todo desde los sistemas de vigilancia. Hemos sufrido en España por tener los sistemas de vigilancia que teníamos, que nos enteramos tres semanas después de lo que estaba pasando en la pandemia. Hay que tenerlo previsto, para no improvisar cuando llega el momento.

 

¿Cómo es la relación entre los especialistas del ámbito hospitalario y los de la Consejería de Salud?

Pues vamos a ver, aquí hay un problema, al menos hasta que yo estuve trabajando. ¿Qué es lo que pasa? Pues lo que pasa es que los que trabajamos en Salud pública, en la Administración y no trabajamos en el Servicio Murciano de Salud, para muchos profesionales no somos médicos, somos funcionarios. Además, eso se refleja, como bien sabéis, en el salario, es decir, que nosotros no cobramos lo mismo que cobra un especialista de los que trabaja en el Servicio Murciano de Salud. Pero, cuando se tienen relaciones para lo que sea, para participar en un proyecto..., entonces siempre es estupenda la relación. Yo he aprendido mucho de mis colegas de los hospitales y de primaria. Ahora, por ejemplo, sí que cuesta trabajo poner en marcha la Red Centinela, pero luego la colaboración, en general, pues va bien.

 

¿Te has sentido reconocida después de tu trabajo tantos años en el Servicio de Epidemiología?

Yo muy mal no me he sentido, pero la verdad es que me ha costado pelear. Una cosa es que me hayan reconocido profesionalmente y otra cosa es que me hayan hecho caso, que son dos cosas diferentes.

 

¿De qué logro te sientes más orgullosa en tu vida profesional?

Hay una cosa en la que he participado de la que yo creo que es la me hace sentirme más feliz y es precisamente el primer estudio de casos y controles de los que participamos, que fue el de cáncer de cérvix y el papiloma humano. Eso fue por el año 1986-1987 aproximadamente, y además fue la primera beca que tuvimos del FIS. Era un estudio que coordinaba desde la IARC Nubia Muñoz, que se hizo en España y en Colombia, y fue el primer estudio que se hizo de casos y controles para contraprobar la hipótesis de la posible asociación del virus del papiloma humano y el cáncer de cuello uterino. 

Los resultados se publicaron en 1992 (The causal link between human papillomavirus and invasive cervical cancer: a population-based case-control study in Colombia and Spain), y se unieron a otras investigaciones y publicaciones posteriores, y luego se ha podido llegar hasta tener la vacuna contra el papiloma virus humano. El estudio demostró una asociación causal, de forma que la infección por el virus del papiloma humano era causa necesaria, no suficiente, pero sí necesaria. No hay ningún otro cáncer en el que se conozca que exista una causa necesaria.

 

¿Cómo ha podido conciliar su vida personal, familiar y profesional?

Yo, en general, he conciliado bien. Por varios motivos: primero, porque he tenido mucho apoyo de mi familia, y, cuando digo de mi familia, he tenido apoyo por parte de mis padres, de mi madre, de mi suegra.... Mucho apoyo. Y he tenido un marido que también me ha apoyado en todo: si hubiera sido por mi marido hubiera hecho más cosas. Nunca me ha dicho: a esto di que no, sino al revés. Bueno, nos hemos organizado la vida y hemos tenido carreras profesionales variadas y con responsabilidades diversas, pero hemos podido los dos desarrollarnos profesionalmente. En ese sentido, yo reconozco que he sido muy afortunada.

También he de decir una cosa: que hay que luchar, o sea, las cosas no vienen solas y las mujeres, por lo menos las de mi generación, tenemos que estar siempre con la guardia puesta para no dejarte invadir, defendiendo tu posición.

 

¿Qué consejo nos das a los residentes de Medicina Preventiva y Salud Pública?

Pues primero, que aprovechéis el tiempo. Yo creo que la etapa de formación es súper importante porque ahora podéis estudiar, leer, con el máster. La residencia es una etapa que, cuanto más aproveches para para formarte, mejor, porque luego la vida se te complica y se tienen más ocupaciones. 


¿Cuáles son para ti las características principales de un buen epidemiólogo o buena epidemióloga?

Esa pregunta no es fácil. Primero, tienes que tener una buena formación. Eso está claro, pero yo creo que luego, también, tienes que tener una visión de qué esperas tú, no solo de tu trabajo, sino del resultado, de lo que esperas conseguir. Yo creo que hay que ser buena persona, buen trabajador, tener buena formación, y mucha ilusión. 

Como epidemiólogo, como científico yo creo que hay que hacerse muchas preguntas. Luego el método y demás te ayuda a contestarlas, pero hay que hacerse preguntas y mezclarse con la gente.


Muchas gracias Carmen por tu tiempo, tu saber y tu cercanía. 

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